El nuevo comandante de la Policía Nacional, Comisario Gral. Director Carlos Humberto Benítez, señaló que la importancia de fortalecer el área de Asuntos Internos de la Institución, ya que no quiere que sean una amenaza armada, puntualizó. Hizo énfasis en que se debe evitar que los agentes corruptos sigan estando dentro de las filas policiales e impedir el avance del crimen organizado dentro de la Policía Nacional.
“Nosotros no queremos convertirnos en una amenaza armada para la sociedad, al contrario, queremos ser garantes de la prevención y de la seguridad”, sostuvo el comandante de la policía designado por el presidente electo Santiago Peña, al señalar que un solo uniformado corrupto representa una “amenaza grave” para la seguridad del ciudadano.
Benítez reconoció la existencia de policías vinculados a la delincuencia y el crimen organizado, sin embargo mencionó que deben ser erradicados. Cuando su nombramiento sea oficial a través de un decreto firmado por Peña, una de sus primeras tareas será, según dijo, la de sentarse con el personal de Asuntos Internos, de Justicia policial y con todos los directores de la institución para buscar una estrategia para “ir trabajando y eliminando de manera progresiva y sistemática la presencia de estos elementos negativos”.
Asimismo, consideró -con base en su experiencia como instructor de oficiales, que los policías “bandidos” no son formados en la Academia de Policía, sino que se trata de una condición perversa de la persona. Entonces, al tener uniforme, armas a disposición y camaradas corruptos, es la “fusión perfecta para que estos empiecen a delinquir y perjudiquen a la ciudadanía, al igual que la imagen de la Policía Nacional”, señaló.
Por otro lado, el comandante habló de las declaraciones juradas de los uniformados y refirió cuanto sigue: “Para cada graduación y para cada cargo, existe la declaración jurada de bienes. Todo el personal policial está obligado a eso. De hecho, ahora, en el momento que quiera falsear eso, es pasible de una investigación y de una sanción”, aseguró al respecto. Respeto al control de la cédula en las unidades del transporte público, Benítez afirmó que el último fin de los uniformados es” molestar a la ciudanía”, al contrario, se busca dar garantías de que el usuario del servicio no esté viajando con una persona que tenga cuentas con la Justicia.
Señaló que los controles son ocasionales y que se realizan de acuerdo “al georreferenciamiento del comportamiento delincuencial”, un sistema que indica los puntos rojos en los barrios o ciudades que crecen a medida de las denuncias por hechos delictivos reiterados, según explicó. En ese sentido, indicó que en los operativos se les detuvo a una importante cantidad de personas con órdenes de captura y justificó que la presencia de los uniformados en los buses es porque muchas veces los delincuentes usan los colectivos como movilidad o para huir de la policía.
Sobre las barreas policías, señaló que muchas de ellas fueron desapareciendo en todo el territorio nacional, debido a la informalidad y que solo se hacían con la anuencia del Ministerio Público, finalizó.