La fiscala Gladys González confirmo después la necropsia a la que fue sometida la adolescente, la misma recibió un disparo de arma de fuego en el pecho y no murió por la supuesta explosión de un vapeador. Roberto Peralta, padre de la joven Romina Aylén Peralta Rodríguez, de 16 años, quien falleció el Lunes pasado en la ciudad de Lambaré tras recibir un disparo de arma de fuego en el pecho, lado derecho, procedente de un arma de fuego calibre 22 milímetros, manifestó este miércoles que su hija converso con el y con su madre cuando la trasladaban al Hospital Regional de Lambaré y que en ningún momento dijo que fue baleada.
“Ella no vio que su hermano le disparo. Ella le hablo a su madre y le dijo que quería agua. Por lo visto, no vio que Wilmar le disparo”, expreso a los medios de comunicación. El hombre aseguro que desconocía que su hijastro Wilmar Javier Baliero Rodríguez de 19 años, principal sospechoso del crimen, tenía un arma de fuego en la vivienda.
“Posiblemente la fiscala (Gladys González)no me creyó cuando conté que escuche una explosión. El vapeador estaba en su mano cuando le alce y la auxilié. Su hermano estaba en la cama colocándose una media, ella me dijo: papa ,llévame pronto al hospital, no quiero morir, y se apretó el pecho. Sostuvo que la joven luego quedo inconsciente y que su hermano se asusto y estaba gritando en la habitación en donde estaba con la victima. Manifestó que pudo haber sido un disparo accidental, porque no cree que haya tenido la intención de matar a su hermana. Roberto Peralta aseguro que luego de 14 años, el presunto autor del crimen fue a la vivienda, por que se crio con su madrina y con su padre en la ciudad de Luque. “Siempre tenían pequeños roces, pero solo eso, nada grave”, señaló.
El hombre aseguro que el joven acompañó en el cementerio a la familia para el sepelio y que tras culminar el entierro, regreso a la vivienda de la familia. Sin embargo, la fiscala Gladys González indicó que el sospechoso no fue al cementerio y que recién este miércoles apareció en el domicilio. Con respecto al hallazgo de proyectiles en el ropero del joven, manifestó que “son bala viejas de aproximadamente 15 a 20 años”, que el había encontrado cuando trabajaba en un surtidor y que no son del presunto autor.